PRIMERA VIVIENDA

PRIMERA VIVIENDA

Es un hecho social ampliamente establecido que los jóvenes que buscan una oportunidad para remontar el vuelo y abandonar el hogar paterno, están teniendo serias dificultades.

Apenas el 21,5% de los jóvenes menores de 30 años y con empleo ha logrado independizarse. La edad media para abandonar la casa familiar se sitúa en los 29 años, de las más altas de Europa, según datos de Eurostat.

A la hora de encontrar una vivienda que sea accesible y que se halle dentro de sus posibilidades económicas, el joven, acude de nuevo a sus padres en busca de ayuda, dinero o avales para iniciar los trámites legales de compra o alquiler de una nueva vivienda. Esta es una situación real que se produce como consecuencia de la precariedad laboral y económica en un sector de la sociedad, la juventud, que intenta abrirse camino tratando de vencer muchos obstáculos.

En ocasiones, para lograrlo, varios amigos aúnan esfuerzos y crean una especie de “Club de la lucha”, en la que con las aportaciones y recursos de todos ellos logran adquirir o alquilar un inmueble con habitaciones privadas, espacios comunes y gastos compartidos. No es lo ideal si uno busca privacidad y algo de independencia, pero es un comienzo y en ocasiones la única manera. Por supuesto, esta fórmula deja a un lado de la ecuación el piso de convivencia en pareja, aunque la sociedad está cambiando y algunas viviendas se parecen cada vez más a aquella serie de finales de los 70 “El nido de Robin”. Sea como fuere, toda esta situación hace que nos planteemos las siguientes preguntas:

¿Qué opciones tiene un joven que busca emanciparse y adquirir su primera vivienda?

¿Qué errores comunes podrían evitarse?

¿Porqué es tan importante contar con un asesor inmobiliario?

En primer lugar partiremos de ciertas valoraciones estadísticas.

El señor Josep Olivier catedrático emérito de Economía Aplicada de la UAB, quien a su vez es experto en el desarrollo analítico en materia de economía, y sobre el mercado de trabajo e inmigración realizó recientemente unas interesantes declaraciones. La periodista Rosa Salvador recoge sus impresiones para un artículo de La Vanguardia de mediados de noviembre y titulado: “Sólo con la ayuda de papá”. Los datos son reveladores: durante el pasado año 2017 se adquirieron 26.000 viviendas de nueva construcción. Entre todas las nuevas incorporaciones al mercado inmobiliario, con sus características y peculiaridades, se realizaron 532.000 transacciones.

El perfil del comprador es con frecuencia el de alguien que busca una vivienda mejor, un piso con más espacio y posibilidades, lo que supone un 59% de las ventas. En el caso de los jóvenes, se conforman con menos, algo funcional y práctico para salir del paso.

La ayuda de los padres para comprar un piso no es algo nuevo, pero esta tendencia va ahora en aumento e incluye a personas cuya edad roza los 40 años, estos últimos han tardado más de lo previsto en estabilizarse profesionalmente y algunos todavía no lo han conseguido.

La primera vivienda lleva consigo la grata fragancia de los comienzos, si hacemos una mirada retrospectiva, seguramente que todos recordaremos nuestra primera vivienda, aquel hogar que no era perfecto, pero que reunía todas las condiciones necesarias para el bienestar y cierta sensación de reposada felicidad. Quizá algún día hemos vuelto a pasar por delante de aquella casa o piso de juventud y nuestros ojos se han llenado de imágenes y recuerdos que creíamos hasta ahora adormecidos. ¿Cómo la habrán decorado sus actuales propietarios? ¿Qué ambiente se respirará ahora en ella?

Imaginemos que tenemos entre 18 a 20 años aproximadamente y que deseamos encontrar un lugar donde crecer y reorganizar nuestra vida. ¿A qué retos o equivocaciones podríamos enfrentarnos?

Un error muy común es el de no calcular los gastos. Antes de lanzarnos a la aventura de “En busca del piso perdido” es muy recomendable crear un Excel en el que anotar todos los gastos: por supuesto: el pago mensual de la hipoteca, el consumo de agua, gas y electricidad, los gastos de comunidad, los impuestos municipales, además de los propios de la vida cotidiana; comida, ropa, asistencia médica, etc… Otra equivocación es no ser realista con las expectativas de la vivienda. Una hipoteca que no podamos pagar puede erosionar nuestras relaciones familiares y provocarnos alteraciones en el sueño, hábitos alimenticios y mucha tensión.

Necesitas asesoramiento, necesitas a tu Personal Shopper Inmobiliario [PSI] y en LA CLAU GROUP tenemos las personas indicadas a tu disposición.

Un PSI es un asesor inmobiliario que se posiciona y defiende, de forma exclusiva y determinante, los intereses de su cliente, ya sea comprador o inversor. Es una persona amable y profesional que entre otras cosas te ahorra la tediosa tarea del papeleo.

Por ejemplo, cuando se muestra interés por un inmueble en concreto, y tras investigar  la situación legal y técnica del inmueble, se inicia el proceso de negociación de precio. Una vez alcanzado un acuerdo, el Personal Shopper prepara toda la documentación necesaria en el momento de la firma del contrato de compraventa, la -en estos momentos tan polémica- escritura notarial y el documento de reserva.

Desde hace más de tres décadas LA CLAU GROUP pone al servicio de sus clientes una docena de colaboradores especializados y cuidadosamente formados para acompañar en todo momento a todos aquellos que se interesen por adquirir una nueva vivienda.

By | 2018-11-20T12:12:36+01:00 noviembre 20th, 2018|Curiosidades inmobiliarias|Comentarios desactivados en PRIMERA VIVIENDA